Lo prometí y a la mayor brevedad aquí estoy de nuevo proporcionando información fresca, desganada y nueva.
En este punto de la investigación creí propio hablar de una de las partes interiores más relevantes de las yurtas/ger. Este elemento tanto físico como espiritual ha calado en lo más profundo. Pero este es solo el canalizador de esta espiritualidad puesto que la propia casa es en si misma sagrada. Me explico, el ger es un lugar sagrado y ritualizado (remitirse a la entrada anterior para las bases de esto).
Son requeridas ciertas normas de conducta para no ofender a las deidades para cualquier persona que entra por su puerta (Haalga).
Por lo pronto siempre (sean de la religión o espiritualidad que sean sus integrantes) puesto que pese a oscilar entre religiones como el Islam, el cristianismo ortodoxo, el taoísmo y el budismo, siempre tienen una base chamánica animista que impregna todo del saber de los más antiguos tiempos remotos. Se hubo de entrar con el pie derecho sin pisar el umbral con ninguno de los dos pies. Si ya se entró dentro no debían permanecer de pie ni pasar por en medio de los dos bagana, era y es sacrilegio pasar por el vinculo entre el cielo y la tierra, es sacrilegio irrumpir en ese canal con la impureza de tu ser humano.
Lanzar cualquier tipo de basura o residuo suponía una gran ofensa puesto que el fuego era el símbolo de fuerza y pureza.
Centrandonos pues en concreto en los altares y como mencioné ya, estos se encuentran para que sea lo primero que se viese, lo coronan todo y le dan un significado al conjunto de la yurta/ger. Estos pudieron ser (al no tener evidencias de ellos en soporte fotográfico no os las puedo facilitar) similares en muchos aspectos a este altar de caracter budista que os presento aquí:
Son sencillos, formados por una estructura de madera (razón por la cual es difícil que lleguen a nuestros días evidencias de estas en el suficiente buen estaco como para ser reconocidas) soportada en una pequeña mesa también de madera con estampados. En estos altares se iban colocando pequeños objetos, inciensos, ofrendas... Era el lugar más sagrado de la casa junto al hogar central delimitado por los bagana.
No se si con estas pequeñas pinceladas podéis haceros una imagen global de lo muy relevante que era en el khanato mongol medieval lo ritual y religioso pese a tener cierta libetad en la elección de la religión a la que adorar y ser devoto/a. Esto no importaba, adorasen a quien adorasen compartían cosmovisión, tradiciones y costumbres, esto era lo verdaderamente relevante en ellos; que se unificasen estas tres directrices base ¿Qué importaba el nombre del dios o la energía cuando eran un pueblo unido y fuerte? Absolutamente nada.
Todo esto lo sabemos gracias al continuo de sus cuidadas tradiciones y trayectorias religiosas y a evidencias relatadas en el libro de la Historia Secreta de los Mongoles, el cual ha sido un pilar fundamental para mí en esta investigación pese a sus interminables simbolismos y metáforas confusas.
Firmado: Claudia González
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