viernes, 30 de diciembre de 2016

Cosmovisión: Importancia de la Yurta/Ger en el imaginario Mongol

¡Hola y buenos días a todas y todos! las dos entradas que hoy aparecerán en el blog escritas por mi mano tendrán un matiz ideológico, espiritual y religioso. 
Esto es así porque la misión de hoy cosiste en tratar la cosmovisión (En este concreto apartado) y los altares referentes a las religiones que profesaban estas gentes y que hoy día puede seguir viéndose si entrásemos en una de estas casas de poblamiento estacional.

La forma redonda de estas casas tiene una razón de ser más allá del mero esteticismo. Es clarísimamente una forma que dirige sus partes más bellas y elaboradas a la zona central. El Uni nace en la parte más exterior de la yurta y va a morir al tono como si los rayos del sol se fundieran en la bóveda celeste que es este metafóricamente. Los dos Bagara, en muchas ocasiones ricamente lobulados y decorados con motivos serpenteantes, sustentan esta composición celestial y la traen al suelo, conectándola así con el mundo de los humanos. Los postes unen cielo y tierra, divinidad con el mundo mortal. 
No quieren sentirse solos ante el vasto universo que les rodea y por ello necesitan crearse la acogedora sensación de que lo controlan.

[DATO: No son el único pueblo que hace esto, es más común de lo que podríais pensar. Sentirse insignificante ante lo que nos rodea es un temor tan antiguo como el ser humano y por ello se han creado mecanismos para hacer desaparecer esta sensación mediante mitos o leyendas. 
Haced si queréis la prueba en el estudio de cualquier cosmovisión o ideología en la que estéis trabajando u os suscite curiosidad]

Es entonces natural ahora pensar, tras lo que os he explicado, que el altar esté donde está justo en frente de la puerta. Es lo que el visitante primero ve al entrar y lo último que ve al salir, la conexión con la deidad y la fusión de lo cotidiano con el plano astral de los dioses (o  a las energías que custodian el lugar en algunos casos de la religión animista chamánica)

La casa simboliza el centro, el universo; es el todo por el todo en consonancia al mundo.
Con estas construcciones lo que intentaron en su día y que hoy poco a poco se ha ido perdiendo en el implacable humo de los tiempos era crear la ilusión de que controlaban el medio y que su pueblo era el elegido para perdurar, los que debían sobrevivir por encima de todo lo demás; los inmortales ante la adversidad.

Firmado: Claudia González

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